viernes, 20 de marzo de 2020

Simple

Mareada del oleaje de mis historias,
de mis guiones tragicomédicos
agua del Pacífico que congela los engranajes
de este pensamiento mío
y solo consigo ver las brechas de hielo
me amparo en el iglú de mi razón
aquí ya no entra tu frenesí inventado
tu falso entusiasmo
y tampoco entrará
mi delirio debilitado
ya nunca más se abrirá la puerta
para esa yo
- que nunca fui yo -
que se mostró más dócil que una paloma
y se olvidó de su verdadera condición
la astucia inescrutable de la serpiente


Mareada de tanta palabra,
de tanta saliva gastada para nada,
que surgieron de la nada,
no me hacen sentir nada,
esas palabras no te librarán
de ir directo
a la nada
para ti no hay lugar en el Valhalla
a ver qué te creías
nunca caíste en combate
porque nunca combatiste
vagarás en cada mundo
en cada infierno
y en cada cielo
buscando un lugar,
huyendo de los castigos divinos.


No te preocupes,
no hay deidad que te tenga en su mira,
no les despiertas encanto ninguno
a un simple mortal como tú 
solo le aguarda
la nada,

el polvo.


10/2/2020

jueves, 12 de marzo de 2020

A la poesía

Fiel y soberbia compañera…


yo
y otros pocos
 sabemos que no eres sinónimo de paz,
no hablas de la clemencia,
al menos la que no sea con uno mismo,
no santificas a los bondadosos,
no adulas a los virtuosos,
ni ensalzas las voces de las beatas,
ni de los apóstoles.


Más bien nos escudas a nosotras,
las hijas de Medea,
y los hijos de Meristófeles,
y es algo que los buenos buenísimos aún no han comprendido,
y se niegan a reconocerlo.


Fiel y altiva compañera…


Han difamado tanto tu nombre,
que pronunciarlo resulta tan insustancial,
ya no sabes a fe,
ya no ofreces asilo a los noctámbulos,
pero aguarda
fiel compañera,
pronto se darán cuenta,
que tú no eres Dios para predicar paz,
y obsequiarnos con la salvación divina,
(que no la queremos)
eres la voz 
de nosotros los pecadores,
los insensatos,
los vanidosos,
los exiliados,
los que hemos visto de cerca el portón del infierno,
escondidos detrás de Dante,
y hemos leído con los ojos abiertos: Bienvenido al dolor eterno.


Dante fue acompañado por Virgilio,
pero nosotros los abandonados,
los prescindibles,
únicamente te teníamos a ti,
compañera invisible y astuta,
no fuimos transformados en árboles 
para que esas arpías nos piquen,
porque antes que suicidas,
somos los indomables,
los tiranos,
los arrogantes que volvemos siendo más repudiados que nunca,
y eso,
- en cierto modo -
nos agrada,
y por eso tú,

nos amparas.

sábado, 7 de marzo de 2020

Dalia azul

Desierto del mar,
del viento,
de la tierra,
del fuego que me quiere ver arder,
huyo de las dunas de mi pensamiento
de las tormentas de arena que obstruyen mis ojos,
y no me permiten ver el terreno llano,
no dejan a mi mirada yacer bajo esta luna del desierto.


No sé qué porvenir se halla a mi espera,
el refugio en el desierto de Lut,
o el gélido lago siberiano Baikal,
solo huyo de lo más frío,
y de lo más cálido,
de lo oscuro de mi ser,
y de la soledad de la luna,
de la tristeza albergada en mi interior desde que la Pangea desapareció,
desde que descubrimos que el 84’5% del universo es masa oscura,
de calcular todo, y tener una exactitud exquisita en todo,
desde que necesitamos materializar todo aquello del alma 
que para el mundo no es transparente,
desde que nos creímos con derecho de robarle a la sensibilidad su intimidad,
y convertirlo en producto.


Huyo de poder llegar a convertirme en todo lo que detesto,
y huyo para que el mundo jamás logre robarme la sensibilidad,
porque la intimidad, en una sociedad transparente, es una idea ingenua.


Porque yo sigo esperando el tulipán negro y la dalia azul de Baudelaire,
y aspiro a ser su Bella Felida,
anclada entre tiempos paralelos,
porque a la vez
deseo ser la mujer sin miedo,
descrita por Galeano,
y vivir sin miedo,
y sin miedo que el mundo me achique el alma,
como bien describía él.

Ay llorona...

  Yo soy el suspiro del viento, ese que te enfría los labios pero que airea tus dolores. Yo soy cada lágrima que derramo, si por llorar he l...